- Perdón.
Lo dijo mirándole a los ojos y algo sonrojada y lo quedó mirando, Juan Carlos sonrió y la cogió de los brazos para impedir que se cayera, esa fue la trampita de Carla y lo logró, fue zagas como cualquier mujer enamorada y también fue el inició de la amistad ansiada, su astucia fue exitosa, lo que aprovechó para entablar conversación con la persona ansiada y fue por buen rato, ella se hizo la sorprendida de verlo y reconocerlo y le dijo:
- Juan Carlos que casualidad ... yo estuve en tu conferencia, es un placer conocerte personalmente.
El también estaba sorprendido y acto seguido ella le ofreció tomar un café antes que termine el hechizo o mejor dicho la sorpresa.
- Te invito un café ... mira allí en esa cafetería de enfrente ...
Señalando una cafetería de una red internacional conocida y que aparentaba mucha tranquilidad y ser acogedor como para entablar un dialogo romántico, Juan Carlos aceptó pensando que así ella se recuperaría, si es que algún daño le hubiera causado el resbalón y una vez instalados charlaron en forma amena por unos 30 minutos y luego se despidieron, pero previo intercambio de sus números telefónicos y anotar sus redes sociales para poder alargar la amistad.
De allí para adelante la comunicación entre ellos fue continua, por todos los medios, hablaban por teléfono, por internet a través de las plataformas sociales, hoy en día con los móviles es más cómodo así que las comunicaciones eran más constante, se encontraron algunas veces en la calle, pero siempre era de paso, no había facilidad para mejorar la relación amical por cruce de horarios de trabajo y otros compromisos.
Siempre era:
- Nos vemos ... ¡llámame!
Carla lo quedaba mirando mientras Juan Carlos se iba alejando, le había sugerido volver a encontrarse para tomar un café y charlar un poco, le había gustado mucho el trato y su facilidad de palabra, su buen trato, era fino y elegante y se lo había dicho, le agradaba su voz y quería volver a encontrarse y buscó la forma de reunirse con él, dio la casualidad que vivían cerca, a escasas 10 cuadras y en el mismo distrito, pero nunca antes se habían visto.
En un momento dado Carla le habló de un restaurante donde ella acudía continuamente con su familia y le sugirió el lugar, daba la casualidad que este vivía a 2 cuadras del restaurante, conocía el restaurante, a lo que Juan le contestó:
- Prefiero un lugar más tranquilo, en ese restaurante los parlantes están a todo volumen, siempre hay grupos de cumbia o de música tropical, así no se puede conversar, la bulla molesta.
Juan, era un hombre tranquilo, no le agradaba la bulla, los gritos, los parlantes con música a todo volumen que aturden.
Carla insistió por lo cerca que era para los dos y Juan tuvo que aceptar, pero le dio largas al asunto, a el le agradaba la insistencia de ella, era una mujer guapa y a cualquier varón le hubiera gustado y hubiera aceptado sin muchas rogativas.
La amistad seguía a flote y cada día las comunicaciones duraban más tiempo, algunas veces Juan escribía en los comentarios de las publicaciones de Carla y comento cuando ella publicó una foto nueva en su muro del "feis" y a ella le agradó, aunque no le contestaba.
Pasaron los días y Juan y Carla siguieron comunicándose con bastante continuidad y armonía, sobre todo armonía, había mucha comprensión y conexión entre los 2.
A tanta insistencia de Carla acordaron encontrarse nuevamente y esto se logró cerca de la plaza de la municipalidad, después de tomarse de las manos se miraron a los ojos, dialogaron, Carla lo tomó el brazo y caminaron con rumbo a esa cafetería de una cadena internacional que quedaba a pocos metros a la cual ya habían asistido la primera vez que se encontraron, Juan estaba tranquilo, ella era bellísima y suave en el trato, pero linda, muy linda y muy agradable, dialogaron mucho, aunque mayormente hablaba el y ella se quedaba callada, mirándolo y escuchando con atención todo lo que hablaba Juan, quedaba subyugada cuando estaba a su lado, pero no dejaba de hablar siempre opinaba.
Carla estaba separada de su esposo desde hacía 5 años, tras 15 años de convivencia, solo habían tenido un solo hijo, que ya andaba por los 20 años, pero había otra conexión, Carla y su esposo estaban ligados en un negocio que era muy lucrativo, prácticamente era un negocio familiar, esto no lo comentó con Juan Carlos.
Estando conectado en la web, viendo sus notificaciones de facebook, Juan notó algo extraño y bajo uno de sus comentarios, sobre una foto que recién había publicado Carla, habían escrito una amenaza, Juan lo leyó y se quedó de una pieza, sorprendido, a través de las redes sociales no se notaba que estaba pálido, pero si se quedó quieto en su silla, mirando el monitor y pensando:
- ¿Que sucedió?
La amenaza era con suspicacia y decía:
- "¿Y este? ... ya fuiste, mejor escóndete".
Carla por su lado se dio cuenta y pidió explicaciones, la respuesta era de Wenceslao Cornejo, el padre de su hijo, de quién se estaba divorciando, aunque este siempre se negó a concedérselo, pero pretendía seguir teniendo autoridad sobre ella y le había prohibido volver a tener pareja, Jaime el hijo de ambos secundaba a su papá y a veces lo superaba celando a su madre.
Esa misma noche Carla tuvo un tremendo disgusto con su hijo Jaime y este salió de su casa tirando la puerta y amenazando a su madre.
Al día siguiente Carla llamó a Juan y le dijo que iba a cancelar la amistad por las redes sociales y que iba a tratar de no verlo por un tiempo porque había tenido una grave discusión con 2 personas, uno era su hijo y no dio explicaciones sobre la otra persona, le dijo que ella se comunicaría con el después nuevamente dentro de poco tiempo, no dijo más y se despidió
Juan se extrañó y se quedó con las ganas de saber que sucedió con Carla, sin embargo no preguntó nada.
Posteriormente recibió un mensaje anónimo, alguien se le acercó y le dijeron que se apartara de ella porque tendría un accidente muy grave, Juan sorprendido pensó "que estaría pasando", porque el estaba en la Luna, no entendía nada, no tuvo tiempo a responder porque el emisario desapareció, se alejó rápidamente en una moto lineal que lo estaba esperando.
- Pero si aquí no ha pasado nada, no tengo nada con Carla, solo somos amigos.
Pensaba y no sabía que contestarse el mismo.
Lo que no sabía Juan era que el que le escribió la amenaza bajo la foto de Carla era el esposo de Carla y con el que ella había discutido era con su hijo.
Ella para evitar que pasen a males mayores trato de alejarse de Juan porque los conocía y sabía de lo que eran capaces de hacer.
Capitulo 2
Días después Juan asomó por la ventana de su casa que da a la calle, eran días del otoño y solo había Sol a medio día, en la tardecita se sentía una brisa fresca, pero ya había que abrigarse un poco, dado que la humedad relativa iba en aumento y esto provocaba el incremento de los rinovirus que producen los resfríos.
Era en la segunda casa pasando la esquina done vivía Juan Carlos Gómez, viudo desde hace muchos años atrás, vivía con sus 3 hijos y tenía una ama de llaves que se encargaba de que la casa anduviera bien todos los días, menos los sábados y domingos que eran sus días de descanso.
Juan realizaba las compras diarias y el resto del día se ocupaba en escribir y cuando podía se metía de lleno a navegar en la web, donde permanecía por varias horas y salía en las tardes para sus reuniones y cuando tenía sus conferencias y charlas contactadas.
Salía a comprar pan 2 veces al día a las 6 am para el desayuno y algunos días en la tarde a eso de las 4 p. m. para el lonche acostumbrado, ahora con mayor razón, para calentarse un poco.
El barrio donde vivía era tranquilo, a pesar que era la ruta para mucha gente, gente que transitaba rumbo a una avenida cercana para para tomar el transporte publico para ir la trabajo o la universidad y había gente para otros rumbos, niños que iban al colegio; también era camino para ir al mercado que estaba a 2 cuadras.
Cierto día lunes, para comenzar la semana, se notó la presencia de personas extrañas en el barrio, eran 3 muchachos jóvenes aún que se alternaban, primero llegaba uno, caminando, despacio, sin prisa solo por minutos y luego desaparecía.
Durante 7 días estas personas llegaban antes de las 4 y 4 y 30 minutos mas o minutos menos, había uno de aproximadamente 20 años, era el más joven, los 3 primeros días fue una sola persona el más joven que se sentaba en el filo de la vereda de la esquina que estaba frente a su casa, después llegaba otro y hacían como si recién se encontraban, parecía un encuentro casual y eso era lo que querían aparentar, uno de ellos se sentaba en el filo de la acera y tenía la costumbre de coger piedras pequeñas y tirarlas como si fueran canicas, media hora después se retiraban sin prisa, lentamente, conversando o moviendo la pantalla del teléfono móvil, puede ser que hayan estado en otras horas, solo que Juan Carlos nunca los vio antes.
El asunto era que disimuladamente estaban tratando de localizar a una persona, esto se deduce porque en otros momentos se situaban en otros puntos del barrio.
Juan se dio cuenta y entendió que estaban por alguna razón, posiblemente estaban detrás de alguna persona y se preguntaba:
- ¿A quién estarán buscando?
Como todos los días, una mañana, minutos antes de la 6 de la mañana, salió Juan a comprar el pan para el desayuno, para llegar a la panadería que estaba a solo 2 cuadras de la casa, había que caminar por una calle larga por un lado, que era la parte trasera de un gran restaurante y un colegio particular cuyas puertas principales estaban al otro lado de la calle, se dio con la sorpresa de encontrar a 4 personas no conocidas, a los que al verlos no se inmutó y siguió de frente, pidió permiso y pasó por entre ellos, los que se quedaron sorprendidos, a Juan le pareció ver alguna cara conocida, notó algo raro, no era cobarde ni a tímido llegaba, al llegar a la panadería encontró personas desconocidas, Juan entró, compró y salió, se vio que algo raro pasaba, enrumbó a su casa, llegó y entró y tomó la rutina normal.
Dos horas más tarde y Juan volvió a salir y fue al mercado y al pasar por la panadería le preguntó al expendedor:
- Has notado algo extraño, temprano.
Este le dijo:
- Si, temprano llegaron personas que no son de por aquí, nunca los he visto.
Juan Carlos dio media vuelta y se retiro con dirección a su casa.
Capitulo 3
Juan volvió a su casa pensativo, lo que Juan no sabia es que la familia de Carla están metidos en un negocio fraudulento, de apropiación ilegal o ilícita y extorsión, bajo la pantalla de una empresa de prestamos a sola firma legal.
Sin embargo entregaban prestamos usureros, recargados de intereses a personas con terreno o casa propia, los hacían firmar una hipoteca como garantía, tenían que estar inscritos en los Registros Públicos y si no lo estaban eran una fácil presa para ello, los prestamos se aceptaban tengan o no problemas con los sistemas de calificación de riesgos, firmaban un contrato, les prestaban dinero, más adelante le volvían a prestar y luego los obligaban a pagar las cuotas con altos intereses, lo que les importaba era que fallaran para apoderarse de las propiedades del cliente, las que habían quedado como garantía.
Los intereses no eran los legales y hacían lo imposible para que las victimas se queden enganchados y no cumplieran con el pago de sus cuotas para poder así embargarles sus predios o inmuebles.
Los prestamistas usureros no buscan que les paguen las deudas, ellos buscan enganchar al cliente por todo el tiempo que sea posible hasta quedarse con las propiedades, utilizan el terror, las amenazas personales y a las familias, pero lo más grave es que hay una amenaza soterrada de golpear y hasta matar para complicar la transacción y evitar un entrampamiento legal y facilitar la apropiación de la propiedad.
Estos delincuentes trabajan con abogados de mala reputación y tienen la protección de malos policías, además de fiscales y jueces a los que les aceitaban las manos y con los que se aseguraban los malos manejos.
Entre sus trabajadores y empleados tenían a un grupo de personas que hacían los trabajos sucios o violentos, acudían a embargar, a desalojar y a veces a amedrentar a los que se demoraban en pagar sus cuotas y también para otros asuntos, los más sucios, de lo que nadie quería hablar, pero que se comentaba a baja voz.
A Juan Carlos la vigilia no le incomodaba, pensaba que no era con el, pero la amenaza se cumplió al cabo de los 12 días, cuando en la mañana después de comprar el pan Juan regresaba a su casa y en la esquina se topó con los sujetos, uno de ellos que supuestamente era el que mandaba no se metió en nada, solo miraba. (sacando conclusiones Juan cree que era el hijo de Carla).
Uno de ellos le jaló la bolsa del pan y la tiró al piso y sin poder decir nada se le fueron encima lo golpearon con los puños y cuando cayó al piso lo patearon sin compasión, en ese momento apareció un auto particular que se detuvo y el grupo se alejó caminando, riéndose como si estuvieran jugando, era un vecino de Juan que lo levantó y después de ver que solo estaba magullado, lo acompañó a su casa.
Carla Sofía estaba separada de su marido y este le había jurado que no le iba a dejar tener otra pareja y el hijo lo secundaba, además era un tipo ambicioso, engreído y soberbio, a diferencia de Carla Sofía que no sabía nada sobre el negocio sucio de su familia, es decir sabía que otorgaban prestamos, más ignoraba la extorsión y las artimañas y el manejo sucio para quedarse con las casas dejadas en garantía.
El negocio de prestamos estaba legalmente constituida, pero actuaban casi informalmente, hacían prestamos a cualquier persona, estuviera calificado o no, pasaban por alto los informes del sistema de riesgo, solo se requería que fueran propietarios de casas o terrenos, las que quedaban hipotecadas, tenían policías, abogados y jueces comprados, si veían que los títulos de propiedad tenían algún detalle mal puesto, le daban otro préstamo al propietario y lo enganchaban, así se les complicaban los pagos y la vida, mientras los mafiosos trataban de quedarse con la propiedad, en definitiva eran una banda de criminales.
Estos en el segundo encuentro ya fueron directos a la casa y amenazaron a Juan, le prohibieron siquiera comunicarse con Carla, le advirtieron que se olvidara definitivamente de ella, ese mismo día agredieron a Felipe uno de sus hijos, a la salida de la universidad donde estudiaba, lo interceptaron y lo masacraron como prueba de que no les temblaría la mano.
Julio presentó una denuncia solicitando protección para el y su familia, protección que nunca les llegó.
Como vio las dificultades que se podrían presentar, arregló todos los pormenores para poder viajar a Barcelona donde tenía familiares cercanos, no pasó mucho días y una noche un vecino los llevó al aeropuerto y se embarcaron en un avión de Iberia.
La casa fue vendida el contado y el dinero enviado a través de cuentas bancarias, por lo que Juan Carlos y su familia se vieron obligados a iniciar una nueva vida.
Antonio Encinas Carranza
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