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martes, 31 de octubre de 2023

El elefante encadenado

El elefante encadenado

Cuento


Cuando era niño me encantaban los circos,y lo que más me gusta de los circos eran los animales y también como a los otros niños, me llamaba la atención el elefante.
Durante la función, el elefante, hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza, pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo, sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de hierro y el elefante, capaz de arrancar un árbol con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿qué lo mantiene entonces? ¿por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a mi padre, o a algún tío por el misterio del elefante, alguno de ellos me explico que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado, hice entonces la pregunta obvia: si esta amaestrado … ¿por qué lo encadenan? 
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente, con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estac y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mi alguien ha sido bastante sabio como para encontrar la respuesta
“El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”.
Cerré los ojos y me imagine al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro que en aquel momento el elefantito empujo, tiró y sudo tratando de soltarse y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él, juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y que también al otro y al que seguía…
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su condición y se resigno a su destino.
Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que no puede, lo tiene en la mente.
El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella importancia que se tiene poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. 
Jamás intento poner a prueba su fuerza otra vez…
Cada uno de nosotros somos un poco ese elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos.
Crecimos portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.
La única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo su corazón. Si crees que puedes, entonces… ¡puedes!

Cuento de Jorge Bucay