Filosofía oriental

  La diferencia entre el cielo y el infierno


Enseñanza Oriental


En una ocasión un alumno samurai desafió a su maestro zen a que le explicara la diferencia entre el cielo y el infierno, a lo que el monje respondió fríamente.
- Eres un patán, no puedo perder el tiempo con individuos como tú.

Herido en lo más profundo de su ser, el samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y dijo:
- Podría matarte por tu impertinencia.
- Eso es el infierno.
Dijo el monje con calma, desconcertando al samurai, que al percibir la verdad que le señalaba el maestro; el samurai guardó su espada y se inclinó agradeciendo al monje la enseñanza.

- Y eso es el cielo.
Añadió el monje.
Luego el alumno se acercó al anciano maestro para pedir disculpas, no eran momentos fáciles los que pasaban, eran tiempos dificiles.
El sabio maestro le aconsejó que tiene que aprender a vivir en todo momento sea fácil o dificil,
- Solo deshacete de lo que te molesta.

El joven retorno a su casa, miró por todos los lados, salió y caminó hacía el corral donde encontró a la vieja vaca y algunas aves de corral y se iluminó.
- La vieja vaca nos cuesta mucho en cuidarla y alimentarla.
Decidió venderla, obtuvo dinero y se olvido de las compras de heno y encima le quedó dinero que guardó.

Los alumnos de otra escuela zen de Tokio los retaban constantemente y al pasar por el local se paraban y los insultaban.
- Cobardes, holgazanes.

Pero el maestro zen les ordenaba que no hicieran caso, que solo eran unos bravucones, que mejor siguieran practicando y asi lo hacían, dandoles oido sordo a los insultos, asi como a las amenazas cuando los encontraban en la calle.
Los consejos del sabio maestro era de no hacer caso, porque era perder el tiempo y el tiempo es oro y hay que aprovecharlo
El maestro de estos jóvenes estudiantes belicosos solo era un guerrero, un soldado de las huestes del gobernador de la región.
Mientras que el maestro zen había pertenecido a los ejercitos del emperador, el era un samurai, un caballero guerrero que conocía todos los secretos de las artes marciales y de la vida y había alcanzado la Iluminación.
Cuando el maestro y sus alumnos belicosos acudieron al Templo a buscar pelea para demostrar quienes eran los mejores ingresaron violentamente, rompiendo los shojis  (biombos) que adornaban la entrada, el maestro zen se puso al centro y apartó a sus alumnos diciendoles que se calmaran, que no contesten a las agresiones.
- Dejenmelos a mi, ustedes solo obseven.

Asi fué, el maestro levantó los brazos y le indicó al lider que se acercara, quién lo hizó con vehemencia, el maestro giró medio cuerpo y los cogió de una manga, jalandoló mientras le ponía una zancadilla haciendoló caer, sin soltar el brazo de su contrincante dió media vuelta y lo aventó contra una pared golpendoló fuertemente, sus alumnos se acercaron y lo redearon para evitar que sea atacado por los demas alumnos del belicoso atacante quién avergozado se levanto con dificultad, sus alumnos los sostuvieron con los hombros y se alejaron seguido por los demas alumnos.
Los maestros samurai

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