lunes, 19 de junio de 2023

Fortaleza Real Felipe

 Primeros viajes

 

Fortaleza Real Felipe





Mis primeros viajes los realicé cuando estaba en el colegio y nos llevaban de excursión a diferentes lugares, uno fue de ellos fue a la Fortaleza del Real Felipe en el Callao.

No había llegado a los 8 años, estaría en el 3er año de primaria y ese era el viaje mas largo que había realizado y me pareció bien distante.

No conocía el Callao, ni nada que fuera o estuviera fuera de mis espacios infantiles, por tal motivo cuando la profesora Teresa nos dijo que nos íbamos de excursión al Callao para visitar la Fortaleza del Real Felipe fue de impacto para mi y creo que también para muchos de mis compañeros.

El día de la excursión fueron las madres a despedir a sus hijos que ya habían subido al bus donde se originó una gran batahola, la emoción era unánime y explosiva y la expresaban de esa manera; cuando el bus arrancó los niños sufrieron una explosión de emociones que la profesora Teresa ni pudo controlar y que se mantuvo así mientras mirábamos el paisaje por las ventanas, las chacras y los árboles hasta la llegada al Callao y a la fortaleza del Real Felipe.

Por esa época el Callao y Lima estaban separados, la avenida Venezuela era la Carretera al Callao y la distancia es de aproximadamente 10 kms. que se cubren en unos 30 minutos, hoy en día ambas ciudades están totalmente urbanizadas y conforman una sola y gran urbe.

Llegados a la Fortaleza que es una construcción militar del siglo XVIII y que fue construida para la defensa de la ciudad ante las amenazas de ataques de legendarios y sanguinarios corsarios y piratas que eran muy frecuentes por esos tiempos.

Recuerdo que al llegar nos recibió un oficial y nos llevó a ver la explanada central y luego nos guio por los torreones del Rey y la Reina, nos explicó algunos detalles que casi no entendíamos por la emoción de estar dentro de una fortaleza antigua y que algunos confundían con un castillo medieval.

La visita fue corta, abandonamos la fortaleza y subimos al bus que nos devolvió a la realidad, pensé que ojalá hubieran puesto a otro oficial que nos hubiera contado sobre las guerras que enfrentaron o si había fantasmas en ese “castillo” antiguo, porque había leído que en todos los castillos antiguos viven y merodean muchos fantasmas.

lunes, 3 de abril de 2023

Viaje a la Huacachina

  Relatos de un viajero: La Huacachina


Un viaje al sur

Viaje al sur: La Huacachina

Un domingo en la mañana invite a Anita a tomar desayuno en Lurín, distrito de Lima, a 40 km. al sur, a la entrada de Lurín, era una promesa y había que cumplirla, asi que no esperaba una negativa.
- ¿Anita vamos a tomar desayuno a Lurín?
- Ya, pero esperame un minuto.
- No hay proble, te espero hasta 2 minutos.
Estaba todo conforme y partimos temprano tomamos la carretera que va al sur hasta el desvío, salimos de la carratera por un by pass, subimos al puente Lurín e ingresamos a la pista que lleva a los antiguos restaurantes, en el camino pasamos por delante del Cementerio Parque del Recuerdo donde se encuetra el mausoleo de mi madre Luisa Carranza Q.E.P.D. mas adelante se divisan los restos arqueológicos del Templo Inca de Pachacamac y algunos metros mas allá hay una serie de locales que venden desayunos con tamales, chicharrones y todo para tomar esos ricos desayunos tradicionales típicos limeños, que uno lo toma compañado con un café bien cargadito y bueno, al terminar salimos rumbo a la carretera y a Lima se ha dicho, pero se me ocurrió decirle algo a mi compañera de viaje:
- ¿Anita vamos a Pisco?
Así de repente, sorpresivamente y Anita aceptó, así que cambiamos la ruta, di media vuelta y no fuimos al sur, pasamos las entradas a los balnearios tan conocidos como Santa María, San Bartolo, Punta Hermosa, Pucusana, Asia y tantos otros, luego la ciudad de las frutas, especialmente la manzana: Mala, después pasamos por San Antonio, Cañete, Chincha y de ahí hacia la derecha tomamos la pista hacia Pisco, pasamos Pisco y unos metros mas allá, casí al medio día llegamos al puerto de San Andrés, justo para almorzar, había una hermosa playa y con tan lindo paisaje marino bajamos a comer, hay varios restaurantes típicos, todos ofrecían comidas a base de pescado y platos propios de la zona, salvo el cebiche que se encuentra en todos los confines del Perú, al frente estaba el mar, el muelle de pescadores y algunas embarcaciones balanceandoce perezozamente al ritmo de la marea.
Estacioné el auto y bajamos, no squedamos un buen rato observando el paisaje y luego escogimos un buen lugar para almorzar, una vez elegido, entramos, vimos la pizarra donde están anotados todos los platos del día, escogimos y pedimos bistec de 7 sabores, no demoraron mucho por lo que nos quedamos sorprendidos, nos sirvieron al momento, almorzamos y al final le preguntamos a la joven que nos atendió que pescado era y me contestó que era tortuga marina, nos indignamos porque sabíamos que la tortuga marina está en peligro de extinción, salvo que tengan un criadero especial, pero no, era sacado del mar, contribuyendo con la desaparición de dicha especie".
Al día siguinete salimos de Pisco, la ciudad donde se creó el "pisco" peruano, un aguardiente fino de sabor delicado, hecho de uva y que crea la envidia de otros productores extranjeros; enrumbamos hacia Ica, atrás habíamos dejado la ciudad de Chincha, tierra de insignes afroperuanos, grandes deportistas e importantes músicos.
Llegamos a Ocucaje, gran viñedo y bodega de una de las marcas de vinos y piscos más importantes de Ica y del Perú, pasamos y luego en pocos minutos arribamos a la ciudad de Ica, almuerzo y descanso y al día siguiente, después del desayuno, salimos temprano para conocer el oasis más bello y fresco del mundo: Huacachina, a los 5 minutos ya estábamos dentro del desierto de Paracas y 10 minutos mas tarde y después de cruzar el desierto, donde solo arena se divisaba por los 4 costados, por fin observamos a lo lejos ese hermoso ojo de agua llamado Huacachina, es bellísimo, es llamado el Oasis más lindo del Mundo, nos quedamos toda la mañana paseando por las veredas de la orilla y viendo a lo lejos a los turistas deslizándose por las arenas de las dunas cercanas, de pronto pasó un carrito tubular levantando nubes de arena tras su paso a mediana velocidad, que emocionante espectáculo, antes del mediodía arrancamos para la salida y al llegar al cruce tomamos la ruta de regreso a Lima, llegando como a las 6 de la tarde después de haber almorzado en el camino".
Deslizarse en sus arenas, aventuras en el desierto, carros areneros, sandboard (descensos en la arena en tablas especiales) y los carros tubulares llamados Buggies, a solo 30 minutos de la ciudad de Ica es otra cosa.
Autor. Antonio Encinas Carranza
D. R. (Copyright)


Huacachina

Relatos de un viajero peruano

   Relatos de un viajero peruano















Relatos de los viajes de vacaciones realizadas por los caminos del Perú hacia las diferentes regiones, salimos de Lima y fuimos descubriendo sus maravillosos paisajes y la calidez humana de los habitantes de las diferentes regiones del suelo peruano.

Estos viajes se realizaron en al década del 90 del siglo pasado se han publicado en 10 etapas (faltan 4)

El auto color canela

Viaje al sur

Viaje al norte

Chaman del Norte

Carretera Central

Doña María

Aprendí a manejar

 Aprendí a manejar




Al regresar a Lima, busqué trabajo y para suerte lo encontré en otra fabrica de artefactos, donde me asignaron a un almacén de materiales para la fabricación de los artefactos y productos terminados.
Me asignaron al almacén de la fabrica ubicada a dos cuadras de la Avenida Argentina en Lima, la empresa había comprado un terreno ubicado a una cuadra de la planta principal y había puesto a un trabajador antiguo como administrador, era un gran almacén donde s guardaban todos los materiales y de allí se enviaba al almacén de la planta y a un segundo almacén que para las planchas de metal y artefactos terminados.
No se como suceden las cosas, pero al poco tiempo el encargado del almacen sufrió
un accidente grave y fue internado en un centro hospitalario, donde permaneció mucho tiempo, al parecer por los años que tenía ya no iba a regresar a su centro laboral, lo iban a jubilar por impedimento calificado.
 y sin sr muy antiguo en la planta me encargaron la dirección del almacen general y cuando habia mucho trabajo qu era siempre me enviaban uno o dos ayudantes, mientras tanto yo me quedaba solo y cuando los otros almacenes necesitan materiales utilizaba un montagargas.
Tuve que aprender a manejar el aparato este que es lento y pesado y fácil conducirlo, pero por los seis meses que lo manejé yo me sentía como un experto chofer, con mucha experiencia.
El montacarga solo tenía 2 velocidades y retroceso y como estaba a solo 2 cuadras nadie se percataba si tenía o no licencia de conducir y me el conductor mas experimentado del planeta.
De ahi vino el deseo de aprender a manejar un auto y cuando me retiré de ese trabajo busque información, indagué marcas y me compré un Manual del Conductor, me aprendi las reglas de conducir, luego fui a dar el examen de manejo que fue algo fácil y logré aprobar y obtener mi licencia de conductor de autos.

Viaje al Callejón de Huaylas

  Callejón de Huaylas



Viajé a Barranca con Elizabeth, una joven que había conocido en Lima,
Nos habíamos conocido cuando ibamos a comprar a una libreria cercana a la casa de mis padres en el barrio de Monserrate en Lima, siempre llevabamos las listas de utiles de los chicos a esa libreria que era una de las mas surtidas de Lima, en esa libreria atendía una mujer joven, alta, de cabellos negrisimos, con ondas, largas y ojos negros, ella era alta y guapa, a ella todos los habitantes de esa zona limeña la conocían como "la Juanito", apodo o sobrenombre que le pusieron en el barrio por trabajar en la Libreria Juanito, cuyo nombre le puso el propietario de dicho establecimiento comercial a su negocio, era el nombre de su menor hijo y era tío de Elizabeth la joven que conocímos al ir a comprar algún cuaderno o lapicero.
Ella como muchos jovenes de provincias siempre recalan en la capital buscando un norte, un futuro diferente al que le espera en su tierra, dado que en sus localidades era dificil estudiar o trabajar porque no había instituciones educativas superiores, menos trabajos que no sea el campo, cuidar niños o de comerciante informal.
Elizabeth tenía 2 hermanos, la mayor era Sofía, también trabajaba en Lima y estaba de novia, el segundo era hombre, su nombre era Jorge y estaba a punto de casarse, por lo que un día me entregó un parte matrimonial, la invitación adosada describía las particularidades de los novios y tenía una tarjetita en que los novios agradecen la presencia de los invitados.
Elizabeth era la mas apurada para que aceptaramos la invitación y por supuesto no nos negamos, aceptamos de buen grado y el día de la celebración viajamos acompañados de su otra hermana que también residia y trabajaba aquí en Lima.
Como el matrimonio era un domingo, el sábado anterior salimos temprano de Lima, pasamos Ancón, la variante de Pasamayo, Chancay, Huacho, Supe y Barranca en 3 horas recorrimos 200 kilometros sin problemas, nos presentaron a los padre de Elizabeth, al resto de la familia y a algunos amigos, llegamos a la hora del almuerzo que estuvo muy bueno y luego salimos a pasear por la ciudad llegando a la hermosa playa de Chorrillos.
En la noche hubo una pequeña reunión y nos fuimos s dormir, nos habían preparado un dormitorio, al día seguiente nos llamaron a desayunar y vaya sorpresa, había una mesa llena depotajes para servirse: tamales, chicharrones entre otros.
Al terminar volvimos a salir a dar una vuelta por el mercado y la Plaza de Armas, entramos a la Iglesia y regresamoa a la casa a cambiarnos para la ceremonia donde casi no pasó nada extraordinario.
Fue el lunes por la mañana que insinué viajar a Huaraz, invitación que aceptaron con buen agrado.
El lunes salimos después de desayunar y depués de darle una revisión a las llantas del Toyota, siempre el norte, cruzamos el puente del río Pativilca y ya estabamos en Pativilca y mas allá Paramonga donde se encuentra la hacienda azucarera, así como la fabrica de papel Paramonga, pero nosotros tomamos el desvío que nos llevaba al Callejón de Huaylas por lo que tuvimos aubir a Los Andes 
Lo primero que vimos un hermoso cielo celeste, algunas nubes blanquisimas que casi se ´podían tocar y lo mas hermoso fue ver la maravillosa laguna Conococha y a la izquierda el hermoso Callejón de Huaylas ubicada entre las farallones de la Cordillera Blanca a la derecha y a la izquierda la Cordillera Negra, ambas son parte de la Cordillera de Los Andes.
En medio corre hacía el norte el río Santa que desemboca en el Oceano Pacifico al norte de Chimbote en el distrito de Santa.
El Callejón de Huaylas tiene 180 kilómetros de largo, viaje que nos demoró cerca de 2 horas y de una inmensa belleza en la que sobresale el Huascarán ubicada en medio de la Cordillera Blanca, lugares donde se practica muchos deportes de aventura.
En el viaje por el Callejón de Huaylas fuimos dejando varios poblados como Ticapampa, Aija y Recuay, hasta llegar a la capital del departamento de Ancash, la ciudad de Huaraz.
El auto sufre al trepar las alturas, pero después rueda mas agilmente, se le siente mas liviano, debe ser por  el oxigeno que es mas limpio, no se le siente pesado como en la costa.
Después de Huaraz llegamos a Ranrahirca y luego al cementerio de la ciuda de Yungay que esta a pie del Huascarán y que fue sepultado a raiz de un terremoto donde rodaron enormes rocas que cayeron sobre la ciudad sepultandola muriendo los 20,000 habitantes que tenía la ciudad de Yungay.

El viaje a Iquitos

  Viaje a Iquitos


Loreto

Entre a trabajar a una fabrica de artefactos domésticos muy joven aún, 18 años, sin embargo tuve muchos amigos, entre ellos a Juan Seclén, un muchacho chiclayano muy jovial y amiguero, un buen día me invitó a una fiesta donde conocí a Javier un micro emprendedor que tenía un negocio de lavado de ropa, para lo cual utilizaba un motocar o una moto de 3 ruedas con cabina amplia, la que utilizaba para transportar la ropa, recogía la ropa sucia y la entregaba después del lavado, secado y planchado.
Resulta que a una reunión a la que nos invitó Juan Seclén acudimos Javier y yo, pero el amigo había acudido en su furgoneta y a media noche ya "había enterrado el pico" mejor dicho estaba bien borracho y nada lo despertaba, asi que Juan me encargó que lo llevara a su casa:
- Por favor Antonio lleva a Javier a su casa.
- ¿Como lo llevó en un taxi?
Pregunté
- Noo, llevaló en su furgoneta y si aún no se despierta lo dejas en la puerta de su casa y te vas.
Fue lo que me indicó Juan Seclén muy comodo dando ordenes.
- No, si yo no se manejar auto, menos moto.
- Mira Antonio, es bien fácil arrancas la moto y después es como un juguete, manejas pegado a la vereda y solo fijate en los semáforos y respeta la luz roja, ok.
Y yo muy servicial, con ayuda de Juan subimos a Javier que estaba "seco" de dormido, nada lo despertaba y lo metimos en la cabina de la motorcar arranque y no pare hasta llegar a su casa, apague el motor y le deje las llaves en su bolsillo y me fuí.
Al día siguiente me tocó la puerta de mi casa para protestar, primero había ido a la casa de Juan y este le había comentado que yo era el que lo había dejado en su casa. sin embargó fui contundente que si nada le había pasado no había de que protestar y que mas bien debería de dar las gracias.
Felizmente eran épocas tranquilas, no había tanta delincuencia como hay ahora, los lecheros dejaban los pedidos en la puerta se las casas y a nadie se le ocurría llevarselas, a veces hasta los panadero dejaban los paquetes de pan amarrados en las puertas y no pasaba nada.
Ese acto bien o mal me abrío la inquietud por aprender a manejar autos.
Sucedió que renuncié a esa empresa por problemas laborales y de sueldo, el jefe de la sección donde trabajaba había renunciado y sin aviso oficial ni de ninguna otra indole me habían asignado como su reemplazo, pero con el mismo sueldo de ayudante del jefe, después de varios días fuí a conversar con el jefe, el ing, Dill, un aleman canoso de lentes sin marco y que andaba con sandalias, pero con corbata de lazo o moño color rojo muy buena gente y le reclame sobre la diferencia de sueldos.
- Esperame un par de dias, luego hablamos.
Se quedó pensando y un rato después prosiguió:
- Voy a hablar con la gerencia y ellos te van a reconocer lo que corresponda.
- Ok. gracias ingeniero.
Pasó una semana y nada y yo ya sabía como sera eso, así que no iba a regalar mi trabajo y presenté mi carta de renuncia, cuando se enteró el alemán fue a buscarme a mi escritorio y me dijo que esperara una semana mas, pero yo ya tenía mi pasaje en el bolsillo, para viajar por tierra a Pucallpa y de allí en barco por via fluvial a Iquitos.

Hace ya un buen tiempo un amigo de la familia me llevó a trabajar a una empresa de metal mecánica, donde este amigo tenía un contrato para reparar los artefactos domésticos que ingresaban por fallas, era el servicio técnico de la empresa y luego de 6 meses donde aprendí mucho pasé a trabajar directamente con la empresa, en la fabrica de artefactos domésticos.
La empresa era la conocida Industrias Reunidas SA (INRESA) donde se fabricaban diversos productos para la industria, maquinaria para la pesquería, minería y también tenían una sección de artefactos domesticos: refrigeradoras, lavadoras y cocinas eléctricas entre otros productos, poco tiempo después el jefe de esa sección se retiró y el supervisor, de quién si me acuerdo, el ingeniero nacido en Alemania, Dill era un tipo de mediana estatura, casí como yo, blanco, pecoso o lunarejo no se podía precisar porque tenía pecas y lunares, medio calvo y la mitad de la cabeza peinaba canas, usaba sandalias de cuero todo el tiempo y tirantes en los pantalones, Markus Dill me llamó, hablamos y me encargó el puesto vacante para probar mi desempeño, yo conocía el trabajo porque  frecuentemente tenía que acudir a esa sección por repuestos, también solucionaba problemas que se presentaban en la línea de ensamblaje de los artefactos, por recomendación del amigo contratista y a los pocos días al notar que era apto para el puesto me nombró oficialmente para reemplazar al ex jefe, cargo que acepte gustosamente por que representaba un aumento de mis ingresos.
Pero resulta que al poco tiempo unos amigos del barrio me contaron que iban a viajar a Iquitos, capital de Loreto, el departamento mas grande del país y del Amazonas peruano.
La inquietud fue grande, yo guardaba el deseo, el anhelo de conocer la selva peruana, había guardado casí todo lo que recibía de sueldo ahorrando para un posible viaje y pense para mis adentros que yo también podría viajar con ellos, yo estaba interesado desde hacía un buen tiempo, habia escuchado hablar y había leído tanto sobre esa región, la selva amazonica era un misterio para mi y representaba un hermoso atractivo, casí mágico.
Como yo tenía un pedido de reconsideración de mi sueldo ante el ingeniero Dill, este me manifestó que esperara unos días mas.
Si me salía el aumento me quedaba a trabajar, sino me retiraba, no iba a permitir que me explotaran ni ser complice de mi auto explotación laboral. 
Resulta que el que se había retirado ganaba 3 veces mi sueldo y yo sentía que me estaban explotando

- He solicitado ante la gerencia el aumento de acuerdo al puesto que desempañas y me han comunicado que el gerente esta de viaje y que hay que esperar que regrese porque solo el puede decidir el aumento.

- Asi que no te preocupes, sigue trabajando ya vendran los beneficios.

Me respondía Dill ante mis reclamos y mientras que el tiempo iba pasando y yo me desesperaba.
Resulta que a los pocos días llegó el gerente y pasaban los días y como no sucedía nada, presente mi carta de renuncia.
Cuando el alemán Dill vió mi carta sobre su escritorio, se acercó a mi escritorio y me dijo:
- El gerente ya retornó del Uruguay, ya se incorporó a la empresa, su  secretaria ya le informó sobre tu aumento, así que tienes que esperar unos días, Ok.  

Pasó una semana y faltaban pocos días para el viaje a Iquitos, como no había una respuesta favorable, hice efectivo mi renuncia y libre al fin busque a los amigos y con gran pena de mi parte me enteré que estos ya habían viajado, me quedé desilucionado.
Siendo muy vehemente y tenaz, decidí viajar a Iquitos, aunque sea solo.
Iba a conocer el Amazonas y el río mas largo del mundo.
Pero el animo era mayor que la desilución y compré mi pasaje como solo habían 2 líneas aereas para el Amazonas, no tuve que escoger ni preguntar mucho, aunque era mi primer vuelo, compré en Tamsa, Transportes Militares S A de la Fuerza Aerea del Perú que salía todos los días, en Faucett no habían pasajes, estaban copados para toda la semana.
El vuelo era para el día siguiente a medio día y así fue, despues de despedirme de mi familia, tome un taxi que me llevó al aeropuerto, no esperé mucho, llegué a tiempo para embarcarme, el viaje fue directo, en el avión me tocó de compañero de asiento a un muchacho, eramos casí de la misma edad y nos enfrascamos en una tremenda charla que nos aligeró la ansiedad que producen estos viajes, se llamaba Daniel, según me contó su padre era oficial del ejercito, el avión demoró 2 horas en llegar al destino amazónico, al llegar al aeropuero, mientras bajamos para recoger nuestros equipajes me invitó a su casa, mas yo era un poco timido, pero mas que timido era precavido y solo no lo acepte sino que pense que sus padres no me conocían, que no se puede llevar un extraño a la casa y mas bien quedamos en encontrarnos al día seguiente, me acompañó a buscar un hotel, me instalé, Daniel solo llevaba una mochila, nos despedimos y quedamos en encontrarnos para el día siguiente.

- Te dejo para que puedas descansar, mañana vengo para recorrer la ciudad.

- BIen Daniel y gracias por tu atención.

- Asi somos en el Amazonas, somos muy atentos con los turistas. 

Me dijo solayando una sonrisa.
Después de acomodar todo y descansar un buen rato, salí a la calle a conocer Iquitos y a respirar la calidez de su clima, llegué a la Plaza de Armas, vi la Casa de Hierro a cierta distancia, me senté en la única banca que encontré vacía, las demás estaban ocupadas, hacía calor, ya iba a ser mediodía, me levanté para buscar donde almorzar, en el camino encontré una heladería, todos los helados eran de frutas de la selva, como aguaje, camu camu, cocona entre otros, compré el de cocona y quedé maravillado del sabor, era como para volver a comprar una docena, al poco rato di por concluido el paseo y regrese al hotel, quizas sea la emoción que hace que uno se agote rápido.
Al día siguiente llegó Daniel joven delgado, blanco y pecoso y me invitó a su casa para almorzar, acepté de buen gusto, al llegar sus padres demostraron ser muy amables y me invitaron a sentarme a la mesa, mientras me preguntaban mil cosas, cosa que acepte con muy buen animo mientras contestaba también de buen grado todas las preguntas y después de almorzar me enseñaron un dormitorio vació y me lo ofrecieron, sintiendome obligado acepté de buen grado, Daniel y su hermana Janet me acompañaron a recoger mi equipaje al hotel, donde habíamos quedado que iba a pagar diariamente, por lo que no tuve problemas, regresando raudamente a casa de los Ramirez, como apedillaba la familia de Daniel.
Me instalé en la casa, charlamos toda la tarde, después de cenar me fui a dormir y al día siguiente me levanté temprano y encontré a todos desayunando, sorprendido pensé que iba a incomodar, mas la señora Lucía se levantó y me invitó a sentarme para desayunar, luego me enteré que ibamos a ir al Casino Militar del que su padre era socio, por ser miembro del ejercito peruano, gustoso acepté, no me quedaba otra, tomamos el desayuno en medio de una charla tempranera y muy agradable, con chistes que hacía el papá de Daniel y de la que todos reíamos.

- ¿Que tal eres jugando basquet?

Me preguntó Daniel.

- Estoy en algo.

Contesté, 

- Pero mas le doy al fulbito.

Le dije, sorprendiendo a todos.

- Bueno, ya lo veremos, después que desayunemos, nos vamos, para regresar temprano a almorzar y después nos vamos a Quistococha.

- Bueno.

Manisfesté, un poco confundido porque no sabía  que era Quistococha.
Llegamos al Casino Militar, en la entrada hubo que prensentar los documentos, luego nos permitieron ingresar, no había nadie, entramos a la cancha y cogimos las pelotas, después de darles rebote las lanzabamos sobre los aros, con tal suerte logre encestar mas de 3 veces seguidas y otras 3 veces en tiros alternos, yo mismo me sentí sorprendido, porque casí nunca juego basquet, luego formamos, luego formamos dos equipos de a dos cada uno, con las dos hermanas de Daniel que nos habían acompañado.                                         
Pasé 15 días y conocí el Mercado de Belén lleno de exotismo y de gallinazos, el barrio de Belem, donde no existen calles, todos se movilizan en canoas, las casas estan montados sobre troncos, la Casa de Hierro construida por el ingeniero francés Gustave Eiffel, el zoológico, la rivera del Amazonas y la laguna de Quistococha.
En la tarde me llevaron a pasear por la Plaza de Armas, sorprediendomé por la muchedumbre que se había congregado allí, pero era normal no sucedía nada, solo era el clima, la estación de verano, donde el clima pasa los 40 grados, habían vendedores ambulantes de todo, los bancos ocupados, la gente se sentaba en la acera, otros daban vueltas a la plaza.
Me preguntaron si quería conocer el Amazonas:

- Antonio vamos al malecón para que conozcas en río.

Como no lo había visto, solo ví nubes en el vuelo, acepté.

- Si me gustaría, vamos.

Ya estaba oscureciendo, eran mas de las 6 de la tarde, el malecón estaba cerca, caminamos un par de cuadras y allí estaba el río Amazonas, imponente, inmenso, pasando por el costado de la ciudad, un enorme cauce con una gran masa de agua, imponente y desbordante.

Malecón Tarapacá

Pasamayo

 Pasamayo


Pasamayo


Adquiriendo experiencias
Mi experiencia en carreteras es de casí 15 años que pasé recorriendo las pistas de las del Perú, fueron muchos años viajando por todo el país, de día y de noche y había sido testigo de las imprudencias que cometían algunos choferes, los accidentes fortuitos  sufrido los fogonazos enceguecedores de los camiones a media noche, trailers, buses interprovinciales que viajaban en sentido contrario con todas las luces encendidas algunos y otros encendiendo las luces altas o de carreteras justo en el momento que cruzaban por nuestro lado, el fogonazo nos cegaba la visión por algunos segundos, obligándonos a disminuir la velocidad, pero ya había aprendido a ponerme de costado, de medio lado mientras manejaba para evitar la fuerte luz, estos pilotos tienen la autorización más alta y son expertos en el manejo, conociendo las pistas como las palmas de su mano, sin embargo a veces algunos choferes con brevetes o licencia de conducir A-111a se exceden cuando ven un vehiculo pequeño o se encuentran con choferes inexpertos.

La Curva del Diablo

Al llegar al tramo mas peligroso de la carretera sabía que no debía conducir de dia, con la luz del Sol y por el calor del norte, sino de noche y que no importaban los fogonazos de los faros de los camiones y buses, uno se acostumbra; de ida nos tocaba el carril pegado a la montaña y de regreso iriamos pegados al abismo y por ende al mar, por donde ocurrían la mayor parte de accidentes que ya habían causado muchas muertes, por algo le llamaban la Curva del Diablo, donde muchas veces los autos salian volando fuera de la pista.
El viaje era emocionante y al pasar por la Curva del Diablo la emoción era mayor y nadie querría pasarlo dormido, siempre pedína ser despertados, era mucho mas emocionante pasarlodespierto y ver el auto rodar al filo del abismo.
Mas tensión hubo cuando se pinchó una llanta, felizmente ibamos a poca velocidad y pudimos frenar y estacionar entre los bordes de la pista y el abismo.
Cuando de pronto aparece un bus interprovincial y al pasar por nuestro lado, pasa y serpentea con dificultad y frena suavemente para no dar de golpe, pero origina una polvoreda, se levanta una enorme nube de polvo que invade toda la zona y nos cubre las cabezas, por lo que el chofer se ganó una retahila de improperios, insultos y recuerdos para su familia.
Después nos dimos cuenta que al bus se le había reventado una llanta y pensamos que esa zona estaba maldita, igual había sucedido con mi Toyota.