La nieta del brujo norteño
La nieta del brujo de Salas había nacido y crecido en medio de la chamanería, la brujeria norteña, viendo a sus padre, abuelos y tíos recibiendo a sus pacientes en sus sesiones diarias de florecimientos, curaciones y demas yerbas.
Sabía lo que era una limpia, mesa, mesada y toda la parafernalia que se utiliza para realizar sus sesiones de chamanería, pero al llegar a terminar sus estudios secundarios optó por ingresar a la universidad y como las opciones eran Chiclayo o Lima, optó por la capital.
La hijaa del brujo de Salas llegó a la capital con mucho entusiasmo, muy joven ella tenía intenciones de seguir estudiando, había terminado la secundaria en Salas y como en el pueblo no hay universidad, viajó a la capital para tratar de ingresar a San Marcos, recaló en casa de familiares en el distrito de San Martin de Porres, en poco tiempo se dió cuenta que la vida no era fácil, los impetús juveniles se frustan rapidamente al intentar ingresar a la universidad, al faltarle el apoyo económico y ella muy inteligente y guerrera comenzó a ofrecer sus conocimientos de chamanería como se les conoce en este país y comenzó a vender amuletos para la buena suerte, llamaba a los varones que se habían alejado del hogar, para jalarlo había que fumar 3 cigarrillos de tabaco negro y amarrados con un hilo negro, absorber el humo y expulsarlo con fuerza sobre la foto del varón (mayormente) mientras se llama a la persona aquella que se ha alejado; leía las cartas y realizaba baños de florecimiento, unía parejas, realizaba amarres, para lo que mandó imprimir volantes y unos amigos que la apoyaban para salir a pegar los volantes en todos los postes de la ciudad, en los volantes imprimió su número telefónico, esta estrategia publicitaria informal le funcionó y poco a poco fue recibiendo ayuda para sanar del corazón o amarrar parejas, entre tantas llamadas aprendió que publicar el número telefónico no es cosa fácil, porque de 5 llamadas que recibía 4 eran llamadas groseras a las que cortaba inmediatamente asi aprendió a no contestarlas todas, solo cuando la voz de los supuestos clientes era de personas mayores.
Logró tener clientes que la recomendaban porque la consideraban muy acertada.
Con sus ganancias supo cubrir los gastos para la universidad y terminó su carrera de Derecho.
